Una fría noche.

Una fría noche, David no conseguía dormir, así que se sentó frente la chimenea a escribir con su pluma. Comenzó a escribir una pequeña historia, una historia que acaba de empezar, y que aún no sabe cuando acabará...

Esta historia será un viaje, un viaje a través de experiencias vividas, sueños, ilusiones y anécdotas, historias...

La pequeña gran historia de su vida.

Esta pequeña historia ya ha comenzado, bienvenidos, y espero que os guste.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Noche en vela.

La historia de Eva y Manu fue una historia de amor, con todo lo que eso conlleva, lloros, dolor, lágrimas, besos, mil perdones y mil te quieros.

Manu no creía en el amor, había sufrido mucho en su vida y ya pasaba completamente de cualquier tipo de relación, pasaba de las mujeres. Creía que el amor era un engaño, que no existía, que era imposible que dos personas se amen hasta el fin de los tiempos, hasta que la conoció.

Eva era una chica normal, no era exhuberante, pero tampoco un adhefesio. Pero cuando Manu la vió por primera vez se quedó con la mirada perdida y cabizbajo, y se vió dentro de 20 años, sentado en la terraza de una casa con el mar justo delante, con la brisa marina acariciando su piel y con una mano entrelazada a la suya. Sí, esa mano era la de la chica que acaba de ver. Manu solía soñar despierto, se evadía de la realidad y se imaginaba historias y situaciones, que luego escribía donde fuera.

Cuando salió de su sueño y volvió a la realidad, ella ya no estaba allí, la buscó por todo el bar pero no la encontró, acabó su cerveza de un trago y fue a la barra a preguntar:

- Perdona Luis, la chica con la que estabas hablando...¿Se ha ido ya?
- ¿Qué chica? ¿Eva? Sí, ya ha acabado su turno, y se ha ido a casa.
- ¿Su turno? ¿Trabaja en este bar? No la había visto nunca.

- Empezó ayer a trabajar de camarera por las tardes, ¿la conoces o qué? ¿A qué viene tanto interés?
- ...Umm...no...no la conozco...no...nada Luis cosas mías, mañana te veo, cuídate artista.

Manu titubeó alguna palabras más que Luis no llegó a comprender y se despidió de su amigo, que era el dueño del bar en el que solía ahogar su penas días a día, y se fué andando despacio y con la mirada perdida otra vez.

- Jajaja, este chico...lo conozco desde crío y aún no deja de sorprenderme...¿qué tendrá entre manos esta vez?

Manu pasó aquella noche sin dormir, tenía una extraña sensación que nunca antes había sentido, cuando cerraba los ojos para intentar dormir, sólo veía dos ojos color caoba mirándole fijamente, y una sonrisa dulce que hacían que su corazón dejara de latir por unos instantes, que le robaban hasta el último suspiro y hacían que se le pusiera la piel de gallina.

Todas las noches solía escribir las cosas que imaginaba a lo largo del día, era un diario de pensamientos. Manu encontraba de esa forma la manera de expresar todos esos sentimientos, sueños y anhelos, penas y tristezas, miedos y temores para los que no tenía nunca valor sufiente de compartirlos con nadie.

Pero aquella noche escribió hojas y hojas de historias, frases, poemas y cuentos, y sin darse cuenta de ello, solo aparecía ella.

3 comentarios:

  1. as tardado en poner ehh, pero como siempre, INCREIBLE!! un besote.
    marta!

    ResponderEliminar
  2. tio este ha molado
    sigue asi y animo
    de tu amigo el...
    jarbreiquer?
    xD

    ResponderEliminar
  3. Me alegro que hayas puesto un nuevo capítulo Víctor.

    Un beso...

    ResponderEliminar

¿Te ha gustado? Pues comenta!